Periodista y fotógrafo

Dos submarinistas encuentran un rebeco nadando a dos millas de la costa (Fuente: El Mundo)

Foto: Wikimedia Commons (GNU Free Documentation License)

MADRID.- "No sé cómo explicártelo", decía por teléfono Miguel al llamar a la Coordinadora para el Estudio y Protección de Especies Marinas (CEPESMA). No era para menos. Lo que se acaba de encontrar mientras buceaba con su hermano a unas dos millas de la costa de Cudillero era ni más ni menos que el rey de las cumbres: un rebeco. Entre ambos lograron rescatarlo y llevarlo a tierra firme sano y salvo.

El peculiar suceso se produjo el pasado viernes, cuando los hermanos Juan y Miguel Ángel Álvarez Fernández, ambos vecinos de la localidad de Grado (Asturias), estaban practicando pesca submarina. Al subir a la superficie después de la inmersión, localizaron el animal.

"Vimos algo nadando entre las olas, pero no lográbamos reconocer qué animal era", señalaron los dos al concluir su peculiar aventura. Al acercarse, vieron perplejos unos pequeños cuernos, y luego unos ojos grandes y hermosos. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que habían encontrado nadando unas dos millas al norte de la playa un animal nada marino, sino más bien lo contrario.

Entre los dos lograron subir al animal a su lancha y desde allí llamaron al CEPESMA, en cuyas instalaciones Cristina apenas daba crédito a la llamada. Posteriormente, trasladaron al rebeco hasta el puerto de San Juan de la Arena y desde allí el CEPESMA le recogió para llevarle al Centro de Recuperación de esta organización en la localidad de Luarca.

Ya en el Centro, los veterinarios pudieron constatar que el rebeco no tenía anomalías reseñables, y lo único que tuvieron que hacer fue proceder a su rehidratación, a la espera de que el animal no sufra ninguna secuela por el estrés de tan extraña aventura marina.

Por el momento, los técnicos de CEPESMA no han conseguido explicar cómo llegó el rebeco hasta alta mar, aunque hay algún precedente en la costa asturiana de localizaciones de ejemplares de jabalíes o corzos nadando en mar abierto.

El rebeco es una especie que vive habitualmente en las cumbres de las montañas. Suele medir entre 100 y 75 centímetros de altura, y pesa unos 20 kilos. En Asturias, los rebecos son muy frecuentes en las cumbres más altas de la cordillera cantábrica, tanto en la zona suroccidental de la región como en la zona central y en los Picos de Europa. La presencia de estos animales se suele dar en altitudes superiores a los 1.000 metros, y casi nunca viven al nivel del mar.

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Galaxias haciéndoselo


Foto: NASA, ESA, and the Hubble Heritage Team (STScI/AURA)-ESA/Hubble Collaboration

Esta fotografía tomada por el telescopio Hubble, recomiendo pulsar sobre la imagen para ampliarla, corresponde a un suceso que pasó hace nada más y nada menos que 68 millones de años, que es la distancia en años luz a las que las galaxias Antennae se encuentran de nuestro planeta.

Esta furiosa y magnífica cópula ha dado como resultado un "polvo de estrellas" del cual han salido millones de nuevos soles. Este apasionado encuentro comenzó hace 500 millones de años, que es casi tanto como una eternidad en el amor, y los astrónomos dicen que sirve como previsión de lo que sucederá a nuestra galaxia, la Vía Láctea, cuando se funda con nuestra vecina ándrómeda, de la que nos separan dos millones y medio de años luz.
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Música limpia y música sucia



No es por ponerme nostálgico pero es que no queda más remedio si uno habla de los discos de vinilo, tema recurrido donde los haya a la hora de hablar de música. Ahora que la música la venden de cualquier manera y que los discos cada vez suenan peor, como una especie de amasijo sonoro sin matices, a uno le da por recordar como se alteraba el tiempo cuando la aguja rayaba el vinilo.

Hoy, el vinilo es como una especie de objeto de gourmet, algo roñoso que se vende como un objeto de lujo en las grandes superficies de la cultura enlatada. Les falta cariño a esos pocos vinilos que salen ahora. Son objetos a los que se trata con miedo, parece que sólo se pueden pinchar sin caer en sacrilegios en platos analógicos tan supersofisticados como el Ipod.

El trasto de Apple resuelve musicalmente unas vacaciones pero ya no hay anécdotas en torno a esa música que contiene. Cada vez es más raro hablar del frikie que te vendío tal o cual disco, de la papelina que te encontraste en ese disco de segunda mano, de la canción que te salta, de la edición original de aquel disco que te regaló tu padre de su menguada discoteca.

Joder con la maldita limpieza.
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