Foto: El Hombre de Tasmania
El mundo está falsamente resignado, repleto de agentes dobles, repleto de lobos a los que se les confunde con perros domesticados pero que, en la soledad, no cesan de mirar a la oscuridad del monte.
Puede que no llegue nunca o puede que sea mañana el día en el que los roles se reviertan y la dinamita se seque y explote. Puede que sea mañana, y puede que no, el día en el que una manada de lobos se lance contra los montes.
Puede que no llegue nunca o puede que sea mañana el día en el que los roles se reviertan y la dinamita se seque y explote. Puede que sea mañana, y puede que no, el día en el que una manada de lobos se lance contra los montes.