Periodista y fotógrafo

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¿Por qué no te callas?


Hace años asistí a cierta conferencia, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, impartida por Ignacio Ramonet y el director de la Unesco en España, del cual no recuerdo su nombre. En un momento de la charla este último ponente hablo de que la sobrecarga de información era un problema, pero en el fondo un mal menor. Mucho peor es el fenómeno de la escasez de información (tan contrario a la libertad). Hoy, El País publica un artículo de opinión de Vicente Verdú, cuya lectura recomiendo vivamente: El actual imperio de la ausencia. Me permito reproducir aquí un extracto del mismo:
En la ausencia no hay totalitarismos ni verdades lapidarias, como tampoco se obtienen recompensas gloriosas ni sobresalientes opciones de salvación. Se vive como se habita, al punto de que la existencia tiende a ser una secuencia encarrilada a procurarse tan sólo las condiciones idóneas para durar más y mejor (...) El tiempo ausente (de trabajo, de obligación) va convirtiéndose en el ámbito más propicio para conseguir el simulacro de un yo más o menos diferente o tuneado. La briosa construcción de la identidad a partir del trabajo ("somos lo que hacemos", decía el marxismo) se suple con el diseño flexible de un personaje capaz de ser modulado por sus consumos y contraconsumos, los logos y los no-logos o anti-logos.
Los que creemos en la palabra, en la información, en transmitir lo que sabemos, solemos pecar de hablar más de la cuenta, de hablar a destiempo, de querer llenar demasiados silencios, pero no pecamos de lo contrario. Supongo que en esto último, en no hacer del secreto una actitud y en no dar crédito a vacíos disfrazados de silencios, reside el mérito del que se atreve a hablar con honestidad. Comunicar es hacer, y por eso, los que comunicamos nos arriesgamos a los reproches, justos e injustos, de los que hacen y de los que sólo observan.

Los que hablamos, los que escribimos, los que informamos, corremos el riego de aburrir, de agobiar a los que nos rodean, de agotarnos. Como las tierras cultivables, el informador, el escritor, el orador, precisa de un tiempo de barbecho. Para el autor de este blog es tiempo de silencio y de reflexión, también de acción. No es un problema de comodidad este, no, el problema consiste en que sin un poco de silencio alguien piense, con razón, lo de: ¿Por qué no te callas?

Es tiempo de que este blog calle una temporada.
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