Periodista y fotógrafo

2007, el año uno en la era LHC

Si preguntamos a cualquier persona de la calle a que responden las siglas LHC las probabilidades de que alguien responda que son las iniciales de Large Hadron Collider deben de andar en torno a uno por mil. Sin embargo, el gran colisionador de hadrones será una realidad en el año 2007.

Este sistema, que suena a máquina de Star Trek, no es ni más ni menos que el acelerador de partículas más grande del mundo y estará terminado en 2007. Sus efectos, aunque parezca imposible, pueden ser a corto plazo, sí a corto plazo, más increíbles que ninguna de las amenazas que disparan los telediarios.

El LHC es un tunel en forma de circunferencia de 27 kilómetros. La lista de preguntas a las que el proyecto debe dar respuesta es, como mínimo, inquietante:

* ¿Qué es la masa? (Sabemos como medirla ¿pero qué es realmente?)
* ¿Cual es el origen de la masa de las partículas? (En particular, ¿existe el bosón de Higgs?
* ¿Cual es el origen de la masa de los bariones?
* ¿Por qué tienen las partículas elementales diferentes masas? (es decir, ¿interactúan las partículas con un campo de Higgs?
* Sabemos que el 95% de la masa del universo no está hecho de la materia que conocemos. ¿Qué es la materia oscura?
* ¿Existen las particulas supersimétricas?
* ¿Hay dimensiones extras, tal como preciden varios modelos inspirados por la teoría de cuerdas y por qué no podemos percibirlas?
* ¿Hay más violaciones de simetría entre la materia y la antimateria?

Para hacerse una idea de lo que puede el LHC suponer hay que pensar que uno de los experimentos que se van a realizar con él tiene como finalidad atraer a nuestro espacio tridimensional partículas de otras dimensiones ¡Ufff!

Si todo esto os sigue dejando fríos hay que explicar que el sistema tiene sus peligros, dignos de los más delirantes comics de Marvel, pues, citando a Wikipedia: El LHC es un proyecto de tamaño inmenso y una enorme, y potencionalmente peligrosa, tarea de ingeniería. Mientras esté encendido, la energía total almacenada en los imanes es 10 gigajulios y en el haz 725 megajulios. La pérdida de sólo un 10 − 7 en el beam es suficiente para iniciar un "quench" (un fenómeno cuántico en el que una parte del superconductor puede perder la superconductividad). En este momento, toda la energía del beam puede disiparse en ese punto, lo que es equivalente a una explosión. El 25 de octubre del 2005, un técnico murió en un accidente en el túnel del LHC cuando una carga cayó sobre él accidentalmente.

Si alguien desea echar un vistazo a las fauces del monstruo aquí hay un recreación tridimensional (requiere Quicktime).

Enlace a la web de LHC.
Compártelo:    Facebook Twitter Google+

Archivo

Ramón Peco. Con la tecnología de Blogger.

Buscar este blog

Scroll To Top