La gasolina escoltada ¿la última crisis?

Algunos ya habrán podido ver los convoys de camiones escoltados por las patrullas de la Guardia Civil. La imagen me ha parecido la primera gran señal de que estamos ante una crisis enorme y muy larga en el tiempo, una crisis en la que existirán parones, momentos de calma, pero que cuando termine el mundo ya no será igual.

En el último número de National Geographic encontramos un artículo sobre cómo cada vez es más difícil extraer petróleo. Ya no podemos seguir con los ojos cerrados, la energía en la que se ha basado el actual modelo de crecimiento no tiene futuro. Hoy son los camioneros, pero el día en el que ya no podamos sacar el coche para ir a trabajar, los que lo saquen, está más cerca de lo que pensamos.

Según Alexey Miller, presidente de la rusa Gazprom, el precio del barril de crudo podría alcanzar los 250 dólares en un plazo corto de tiempo. Hoy, los directivos de otras petroleras le han acusado de apocalíptico. Quizá lo sea, pero es seguro que hay algo de verdad en sus palabras.

Esto se acaba, espero que sepamos aprovechar la oportunidad y lo que venga después sea mejor.

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Los situacionistas exigían la libertad de tránsitar por los tejados de Londres. Otros no pierden el tiempo pidiendo semejantes cosas, simplemente andan por el aire.

Notas sueltas

Anoche apareció Juan José Millás en televisión explicando su ordenada vida de escritor a una chica guapa, sus esfuerzos por dedicar tiempo a la lectura en lugar de asistir a cócktails. En uno de los intermedios del programa aparecía un anuncio de Audi en el que una voz en off leía un fragmento de On The Road. Que pena que muchos no sepan que el bueno de Kerouac viajaba en un trasto que se caía a pedazos. Rebeldía y dinero, un amor imposible. ¿Que coche tendrá Millás si es que conduce?

¿Puede ser la literatura profesional? ¿Puede ser la literatura un excelente tobogán para lanzarse al buen vivir del burgués? ¿Es complatible la literatura con el sofá como actitud? ¿Es hoy la literatura un asunto de catedráticos somnolientos? ¿Ha vuelto la literatura al remanso pacífico del café con leche en la pastelería? Imagino que citar a Baroja es una buena opción para argumentar en este improvisado referéndum.