Periodista y fotógrafo

Atentos a las máquinas

Estos días me he topado con diversos asuntos que han hecho despertar en mí un creciente interés sobre las máquinas como materia prima creativa.

El primero de ellos fue la exposición Máquinas & Almas que estos días tiene lugar en el MNCARS. De esta muestra me ha sorprendido especialmente la obra de Theo Jansen, artista que en su momento BMW popularizó en un conocido anuncio televisivo que aquí muestro.

Vídeo sobre Theo Jansen

También estos días descubría la extraordinaria película documental Der Lauf der Dinge, de los artistas Peter Fischli y David Weiss. Reproduzco aquí un extracto. Este documento es toda una demostración de las inmensas posibilidades creativas que ofrecen los materiales desechables al convertirlos en máquinas imposibles.

Extracto de la película Der Lauf der Dinge

Finalmente, fuera del terreno de las artes pero no fuera del terreno de la creatividad, quiero hacerme eco del trabajo sobre máquinas que se replican así mismas. Desarrollado en la Universidad de Cornell, también muestro aquí el vídeo de este inquietante prodigidio.

Máquina que se reproduce así misma
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Hace un año...

Hace un año vivi la increíble experiencia de divisar Lisboa desde la Torre de Ulisses en el Castelo de São Jorge, en la que hay alojada una cámara oscura con un periscopio. Desde el mirador de esta construcción realicé esta fotografía panorámica de la ciudad en la que desemboca el Tajo.

No dejes de ver esta fotografía en alta resolución.

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Pues si no hay pan que que coman pasteles


Money shot, originally uploaded by Jessica Shannon.

Países como Dubai o Qatar además de tener las rentas por habitante más elevadas del mundo se distinguen por estar plagados de idiotas. El dinero de la especulación del petróleo ha convertido a estos emiratos en sitios en los que los arquitéctos occidentales derrochan el dinero líbremente, y la gente envía sus deportivos en avión para que les cambien el aceite.

Puede que esto suene a caricatura, pero me temo que de eso tiene poco. La nefasta distribución de la riqueza se basa en gran medida en la imbecilidad del que más tiene. La frivolidad, a veces teñida de crueldad, es lo único que explica el que se puedan mantener exacerbados niveles de consumismo y que crezca la hiperrealidad.

Cada vez hay más aprendices de María Antonieta, pero quizá esta crisis, que posiblemente sea la última por estar motivada por factores naturales, nos ayude a todos a ser un poco más inteligentes.

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Suspenso

Una fotografía del Doctor Olvido

Acabo de presentarme a una oposición para trabajar como profesor y la he suspendido. La preparé, pero por lo visto no lo suficiente. Tampoco la suerte, muy presenté en todo el proceso, ha estado conmigo. Evidentemente, tampoco ningún padrino me ha protegido. No sirvió para nada comprar los carísimos libros, plagados de faltas de ortografía, de un miembro del tribunal; tampoco ir armado con toda clase de trastos a la prueba práctica; ni gastar muchos euros en hoteles, comidas de tres al cuarto, y trenes.

Eso sí, sigo informado desde Tasmania. La Agencia sigue confiando en mí. Cada día les quiero más, al fin y al cabo quizá ellos sean los cisnes del lago. Yo otra cosa no seré, pero agradecido sí que soy.

No me siento mal, al menos no demasiado mal. A ratos me enfado, lo cual es lógico supongo, pero espero no volverme demasiado insoportable. Lo que pasa es que el resultado de mi calificación, un 3,5 sobre 10, me parece decepcionante, creo que me merecía al menos un poco más.

Siento que me gustaría vengarme. Que nadie se asuste. Este es un impulso sobre todo literario, aunque cierto. Hace años, cuando estudiaba para cronista, había un tipo que tenía una foto del Papa en su despacho que, por más que yo estudiaba su asignatura, no dejaba de suspenderme. Tuve, como ahora, la tentación de vengarme. Busque su teléfono en la guía para que cada vez que yo trasnochase el pájaro recibiera una llamadita. No hubo suerte, su número no venía en la guía.

Ya puestos decidí que podría vengarme de algún otro profesor. Decidí ponerme a buscar nombres de otros pájaros, pero no venía el de ninguno. - Malditas comadrejas cobardes – Me decía.

En definitiva, este suspenso me garantiza que nadie buscará mi teléfono en la guía para llamarme a las cinco de la mañana.
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Ramón Peco. Con la tecnología de Blogger.

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