Periodista y fotógrafo

¡Explotó!

Nuestro modo de vida va a cambiar, para muchos a peor. La quiebra de Lehman Brothers es la explosión que faltaba para que la palabra crisis deje de ser una palabra y se convierta en nuestra pesada sombra unos cuantos años. No hay nada de lo que alegrarse.

Sin embargo, de todo lo que hoy he leído sobre el tema, que no es poco, me quedo con esta intervención de un lector de soitu.es ante la lectura de esta noticia:

¿Por qué, después de leer este artículo, lo que se me viene a la cabeza y al corazón es gritar con fuerza: yankis de mierda, váyanse al carajo, váyanse mil veces al carajo?. ”
nº 1 por Anónimo el 15/09/08 a las 13:06
Pues eso nº1: "Un Vietnam, dos Vietnam, tres Vietnam".

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La gente baja

Este cronista nació en país pobre y en una ciudad pobre. Un país en el que en 1973, cuando yo llegaba al mundo, dos muchachas gitanas, Las Grecas, hacían bailar a las clases más humildes. Era aquella una España que tenía que calcular con precisión lo que ponía en la mesa cada día, y en la que era fácil ver la cortina tapando el tabique en vez de la puerta cerrando la casa.

Hoy tenemos miedo de la recesión económica, pero no es de eso lo que deberíamos tener verdaderamente miedo. Deberíamos tener miedo de nuestra desilusión, de nuestra pasividad, y de nuestro ensimismamiento. Aquella España dominada por una dictadura criminal y conservadora era, paradójicamente, en muchos aspectos positiva, progresista y auténtica. Había ilusión por el futuro. Justo lo que a nosotros nos falta ahora mismo.

La cultura de la pobreza
Es conocido el discurso que Antonio Gamoneda, al ser proclamado Premio Cervantes, leyó ante el Rey De España. En él hablaba de "un estado pasional del pensamiento nacido en la pobreza y servido por el infortunio", una "cultura de la pobreza", diferenciable de la que "prospera a partir de una situación privilegiada". Pues bien, quizá nuestro problema sea que nuestra cultura actual está basada en una riqueza posesiva.

La palabra recesión es sólo eso, una palabra, una cortina de humo, que enmascara nuestro miedo al futuro, y cuando alguien tiene miedo al futuro en verdad lo que tiene es miedo de sí mismo.

¿Nos preocupa ser más pobres? Claro que nos preocupa, por eso rechazamos al pobre, al inmigrante, al gitano, tenemos miedo de ser sus iguales, de que nos contagien su pobreza. Tememos ser "gente baja", que se dice en la Mancha. Pero quizá ser más pobres de lo que hoy somos pueda llegar a ser liberador. Para que la partida avance a veces es necesario perder. Sólo entonces las cartas se barajan de nuevo y tenemos una nueva mano. La propiedad, la posesión, son pesadas cargas para muchos. El dueño de algo también es un guardián abocado a la vigilia.

Es interesante comprobar como algunos se ven forzados ya a entregar sus propiedades, sus viviendas sobre todo, para liberarse de la deuda, esa que tanto recuerda a la culpa, a la santísima culpa, de la que nos acusan los curas en las misas. Alguno hay que se ha sentido, sorprendentemente, más feliz a partir de perderlo todo.

Quizá en nuestro fracaso esté nuestra libertad y podamos volver a ser felices, al igual que hacían los Smash, trepando en la noche a los tejados de la catedral de Sevilla.

Achili achili achili chili achili achili ma chili achili achili ma chili achili
Si yo tuviera un palacio de tu no me olvidaria.
Que si yo tuviera un palacio de ti no me olvidaria.
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La hora de la historia


Koudelka, Watch, originally uploaded by sofiacruz.

Esta instantánea de Joseph Koudelka, fotógrafo del que recientemente he conocido su célebre reportaje de la ocupación soviética de Praga, me parece la metáfora perfecta para ilustrar la densidad de acontecimientos históricos de estos días.

La crisis económica y energética internacional, que de momento sólo se deja notar en su verdadera magnitud en occidente entre inmigrantes, obreros, y muchas mujeres, puede ayudarnos a crear un mundo mejor si llega a ser lo suficientemente importante para despertar del sopor a las clases medias.

Las guerras del petróleo se expanden por nuevos escenarios. Los hechos de Georgia son una buena prueba de ello, pues el nuevo imperio ruso es hoy un imperio petrolífero que necesita controlar el mar Negro, la vía por la que llega el siempre maldito petróleo al Mediterráneo. No ayuda la actitud de la temerosa Europa de hoy, con su apoyo incondicional a la agónica administración de Bush, que enciende los ánimos con la OTAN desplegando sus barcos de guerra en la zona y manipulando al gobierno georgiano. ¿De quién fue la idea de que ejército de Georgia hiciese un despliegue de sus tropas en Osetia del Sur antes de la intervención rusa? Siniestra pregunta esta que el otro día el inefable Putin respondió en una entrevista. Quizá el diablo tenga algo de razón.

El contrapeso a esta crisis económica, a la inacabable crisis del petróleo, y a la creciente destrucción ecológica del planeta tiene un nombre: Barack Obama. La sobrecarga de información de estos tiempos no nos deja ver lo que es verdaderamente histórico, al menos en su vertiente más clara. Es cierto que de Obama se ha dicho ya mil y una veces que su llegada a este punto de la política estadounidense y mundial es histórico, pero también se dice cada fin de semana que hay un partido de fútbol historíco.

Sin embargo, la nominación a la presidencia de Barack Obama es histórica en el sentido más preciso del término. Muchos de los que están fascinados con su figura, por ejemplo los socialistas españoles, me atrevo a decir que no entienden la gran revolución que el candidato supone. Evidentemente, Obama apoya la economía de mercado, apoya en cierta medida el sistema político que rige en su país, y apoya muchas cosas que no son del gusto de la izquierda europea. Sin embargo, el político de Hawai cuenta con algo que la izquierda del viejo continente ha perdido: la creencia de que cambiar el mundo es posible, más allá de la estética. Por eso esta es su hora.

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Atentos a las máquinas

Estos días me he topado con diversos asuntos que han hecho despertar en mí un creciente interés sobre las máquinas como materia prima creativa.

El primero de ellos fue la exposición Máquinas & Almas que estos días tiene lugar en el MNCARS. De esta muestra me ha sorprendido especialmente la obra de Theo Jansen, artista que en su momento BMW popularizó en un conocido anuncio televisivo que aquí muestro.

Vídeo sobre Theo Jansen

También estos días descubría la extraordinaria película documental Der Lauf der Dinge, de los artistas Peter Fischli y David Weiss. Reproduzco aquí un extracto. Este documento es toda una demostración de las inmensas posibilidades creativas que ofrecen los materiales desechables al convertirlos en máquinas imposibles.

Extracto de la película Der Lauf der Dinge

Finalmente, fuera del terreno de las artes pero no fuera del terreno de la creatividad, quiero hacerme eco del trabajo sobre máquinas que se replican así mismas. Desarrollado en la Universidad de Cornell, también muestro aquí el vídeo de este inquietante prodigidio.

Máquina que se reproduce así misma
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Hace un año...

Hace un año vivi la increíble experiencia de divisar Lisboa desde la Torre de Ulisses en el Castelo de São Jorge, en la que hay alojada una cámara oscura con un periscopio. Desde el mirador de esta construcción realicé esta fotografía panorámica de la ciudad en la que desemboca el Tajo.

No dejes de ver esta fotografía en alta resolución.

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